No se inglés, esa es la cuestión, pero puedo soltar lo que sea en el idioma de Molière. Ayer hubo idiomas y palabras, emoción y risas; y sobre todo, calor de un grupo de gente que ya somos amigos.
Mirando con disimulo entre bambalínas, viendo el aforo lleno, la espectación latente y los ánimos dispuestos, nos recorrió un rio de emociones. Estábamos relajadamente tensos, emocionados.
La lengua dulce de los Cárpatos, el suave siseo de Oporto, la sublime riqueza del castellano argentino con acento español y los sonídos maditerraneos de un poema en valenciano, leído con emoción a duras penas contenida. Y las veraces sombras de Rosalía. Al final, las pequeñas rosas rojas enzarzadas en unas manos temblorosas dieron por buenas todas las jornadas de trabajo. Mujeres que siempre están ahí, participando.
El cuento esperpéntico, desatado, realizado con tanto amor, fue un éxito. Todos unos grandes actores, todos dando lo mejor de si mismos. La dulce Nuri, el empalagoso Principe Azul, la loca de la Princesa, unos pitufos bardeneros...y la abuelita moderna. Son, claro que lo son, unos grandes actores, aunque ellos no lo saben.Habrá que repetirla, el público lo demanda. Ha nacido un proyecto hermoso, un trozo oculto que nadie sabía que existía.Madames, mesieurs, on va commencer la répresentatión...
