Un pueblo con nombre de agua que está vivo.Es realmente curioso el modo que tiene la Naturaleza de expresarse, de salir siempre triunfante ante la negritud y la muerte. Por mucho que cambie el hábitat, por mucho que los elementos se alien para matar, siempre surge de nuevo esa chispa divina, esa " sefirot" de la que habla la Cabala.
Compartimos aire y vida, compartimos palabras que separan y unen, compartimos libertad. Y la posibilidad de resguardarnos de los golpes del destino.
Nuestro pueblo está vivo y eso es lo mejor. Luego cada ave, reptil, rumiante o humano se busca la vida y a veces se la busca a los demás.
Mil personas...se oyen los engranajes de mil cerebros luchando por vivir. Y asusta.