domingo, 18 de septiembre de 2011

UN REGALO

Cuando apareció en nuestro pueblo no dábamos crédito; un nuevo sacerdote,un hombre joven y bueno, cabal, sin más pretensiones que curar nuestras almas...si queríamos. Y rodeado de música.

Nadie lo comparó con Amado, nadie volvió a suspirar por la bonhomía del fallecido, como lo habian hecho con cada uno de los trés sacerdotes que precedieron a Santiago. Porque nuestro nuevo " mosén" era eso, nuevo, diferente, cercano...Todos guardamos en la memoria a Amado, para siempre, pero Santiago vino a quedarse, al menos hasta que su jefe se lo permita.

Nos ha traido tranquilidad, cariño, comprensión y melodías; nos ha traido una forma diferente de entender su trabajo. Y eso que su Empresa, fundada hace dos mil años ( recordemos, en una cueva con un pesebre) no deja mucho a la imaginación.